Autoestima

La autoestima, dicen los entendidos, es la "estima propia", es decir, el amor o aceptación que se tiene por uno mismo.
Las personas que la tienen elevada, generalmente sobresalen en todos los ámbitos en los que se mueven, sea por mérito o por la intensión de sobresalir. La mayoría de los casos suelen pecar de soberbios, esgoístas y cerrados.
Las personas con baja autoestima, en cambio, se consideran inferiores, y ante cualquier situación reaccionan con un "no voy a poder". Cualquier ser humano con dos patas que se les cruza es una amenaza: o le sacará el trabajo, o la novia, porque por supuesto seguramente es "mucho mejor".
Es por eso que los entendidos hablan de la importancia del equilibrio en la autoestima, para no ser un pedante ni un trapo de piso.

A todo esto, analizando mi caso, después de meditar un largo rato llegué a una conclusión: no tengo baja autoestima, para nada, pero ser tan consiente de lo maravillosas que pueden ser las personas (las que conozco y las que no) hace que relativice todas mis cualidades, y lejos de sentirme "la más linda la más mejor", muchas veces me siento una persona simple y hasta mediocre.

No sé si es bueno o malo, al menos me dí cuenta que lo mío no es un problema de baja autoestima sino de "sobre estima" por los demás, la diferencia es sutil pero es diferencia al fin.