jueves, 11 de octubre de 2007

HOY

Hoy no fue un día normal, empezando porque el despertador no sonó, y pegué un salto de la cama exactamente dos horas mas tarde de la hora señalada para entrar a la ducha cada mañana. Así que medio estúpida y totalmente enchinchada salí en busca de un taxi que me lleve a Olivos. No voy a contar detalles de la odisea que fue llegar a la oficina. Tampoco los detalles del porqué almorcé una lata de atún que debe haber vencido en el 2005. No voy a contar detalles porque lo único que me interesa dejar plasmado acá es la sensación de angustia que me invadió de golpe el hecho de acordarme de él.
Maldito jueves de reflexión.

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